miércoles, 17 de abril de 2013

Gospel


Hay cosas para las que uno no tiene más remedio que tirar de fe si quiere creer que son reales. La primera que se me ocurre son los domingos por la mañana. Yo no tengo del todo claro que sea algo que ocurra de verdad, francamente. Al menos no siempre. Yo lo veo más como un qué se yo que pasa de manera esporádica, como si fuese un 29 de febrero, pero en este caso aleatoriamente, sin periodicidad ninguna. Lo normal es que el sábado por la noche se entre en un agujero espaciotemporal que termina el domingo al mediodía y en la cama, por supuesto.

Lo importante aquí es que este fin de semana pasado me ha tocado vivir uno de esos domingos por la mañana, y como ya digo que la cosa va de fe, fui a misa para agradecerlo. Misa protestante, pero a misa. Está claro que Estados Unidos no es un país que sorprenda por sus catedrales construidas hace un cuarto de hora, pero la misa en sí compensa que el edificio parezca bien una nave industrial o bien una imitación de Hogwarts de bajo coste no esté a la altura de lo que se encuentra en Europa. Pero vamos, a ninguno le descubro América con estos datos.

Por lo pronto, la misa dura alrededor de dos a tres horas. Yo no quiero entrar aquí a hacer muchas valoraciones sobre las misas tradicionales españolas, pero a ver quién es el guapo que aguanta allí tres horas. Esto aquí no pasa, porque esto es una misa de gospel y lo único en común con las españolas es que se dice Amén. Y para de contar, porque el resto es otra historia.
Ahí está ella, subidita en su plataforma sin que se le escape un buen plano.
Empezando por la iglesia en sí. Lo primero que vi al entrar es una operadora de cámara que ya quisieran tener en los platós de Antena 3. Con ese pedazo de cámara se recogía todo lo que estaba pasando en el escenario. Sí, el escenario. Hay uno, que además de pequeño no tiene nada, donde se colocan tanto el coro como el pastor y que está presidido por una pantalla enorme que ya me gustaría a mí para mi casa. Pero no solo esto sino que también hay cámaras que van paseando por los pasillos de la iglesia para captar las reacciones del público, muy a lo Isabel Gemio en Sorpresa Sorpresa. Un público que, lejos de estar contando los minutos para que aquello acabe, ¡se lo está pasando pipa! Aquí se enfoca todo desde un punto de vista muy diferente y, a mi entender, mucho más positivo. Cuando pienso en una misa española lo asocio a un sermón que te dice cómo han de hacerse las cosas de manera que si sacas los pies del tiesto, castigo al canto. Lo asocio a una ceremonia seria, solemne…pero eso no quiere decir que sea más sentida. Al revés, creo que lo sienten muchísimo más aquí cuando interactúan con el pastor, contestan a las preguntas que hace desde el escenario, la gente puede intervenir cuando quiera, se levantan, se sientan, comentan el tema del que se habla, cantan… todo es absolutamente espontáneo y visto desde un punto de vista mucho más positivo. Ellos van encantados a misa y, además, se ponen sus mejores galas aunque muchos vayan hechos un cuadro. Reconozco que a mí también me gustó mucho la parafernalia. Eso de entrar, ver un micrófono, las pantallas, las cámaras, la entrada y salida de actuaciones musicales…llego un punto en que no sabía si el pastor iba a mandarnos rezar o cruzar la pasarela. Porque el pastor no paraba quieto pero si hubiese tenido una silla juraría que se iba a dar la vuelta y elegirme para su equipo.
Todo esto, por supuesto, retransmitido por la televisión, con su twitter y su página de facebook.
¡Esto es un público entregado! ni las mejores marujas cuando AR entra en plató
No se ve pero al lado de estos hay músicos tocando en directo.
Las actuaciones son bastante dispares, algunas con vozarrones de escándalo y otras, las menos, más de andar por casa pero todas con muchas ganas de participar y muy agradecidas por los feligreses. Yo iba muy motivado haciendo gorgoritos para darlo todo con el Oh Happy Day, pero no la cantaron y no me sabía el resto del repertorio. Lástima, porque a mi me dan un micrófono y deleito a la audiencia con un destrozo de cristales inmediato que no se ha visto ni en las mejores actuaciones de Tú sí que vales participio muy contento en el sarao. Aquí la religión se vive mucho más como una comunidad, se parece más a un club: tienen sus misas pero en ellas también se anuncian reuniones para clases de preparación a la universidad, tenis, música o baloncesto. 
Desde clases particulares y grupos de oración a tenis, aerobic o cenitas. Esto es un no parar.
Además se trata de una comunidad muy abierta. Al principio noté muchísimas miradas sobre nuestros cogotes, y puedo entenderlo porque allí éramos los únicos blancos, hasta el punto de que yo nunca me había sentido comparativamente pálido en mi vida hasta este día. Sin embargo eran miradas de curiosidad y, a la mínima oportunidad, se acercaban a conocernos, invitarnos a sus eventos, darnos una copia de la revista de la iglesia… muy integradores todos. Y sí, he dicho la revista de la iglesia. Completita demás, eh? Tenemos desde la página de pasatiempos, que más de uno querría en las misas españolas hasta las recomendaciones de música, libros o cine. Sin ir más lejos, el mes de abril promociona el taquillazo “Héroes de la Biblia: Moisés”, que con la palabra héroe en ese título ya me deja hacerme una idea de lo espectaculares que serán las plagas azotando Egipto. De la escena donde abre las aguas ya ni hablamos porque se me queda corta la imaginación.
Con viñeta y todo los pasatiempos, ¡que no falte de nada!
No se aprecia bien pero la cara de Moisés en esta carátula es muy de héroe repartiendo leña.
Ya digo que la gente encantadora, incluso nos dieron caramelos, pero en cuanto acabó el tema, derechitos al coche y de vuelta a nuestros barrios. Ya tocará hablar de cómo son los barrios de Chicago, pero por ahora vamos a dejarlo en que este era habitual en el mapa que puse el otro día y no hay necesidad ninguna de salir en él.

jueves, 11 de abril de 2013

Chicago

Asia es muy bonita. Filipinas es muy bonita. Manila es lo más feo de este mundo la capital…pero desgraciadamente se acabó lo que se daba. Se acabó Boracay, se acabó Palawan y se acabaron otros chollos como Yellow Cab, Pollos y los donuts del Krispy Kreme… ¡o no! Esos donuts, que son placas de ateroma listas para taponar la más sana de las arterias hacen tan ricos en Krispy Kreme sí los hay en mi nuevo pueblo: ¡Chicago!
Hay que ser flexible y tolerante en esta vida y adaptarse a la gastronomía local. Yo, sacrificado donde los haya, voy a hacer el esfuerzo.
Ni que decir tiene que Chicago y Manila se parecen lo que yo a un nórdico. Chicago tiene sus cosas buenas y malas y Manila tiene a Cebu Pacific para escaparse de allí a la primera de cambio lo mismo.
Absolutamente innnecesario que yo indique si esto es Chicago o Manila, no?
Por lo pronto, aquí no se me inunda la casa con los tifones, aunque bien es verdad que estas temperaturas tampoco dejan el agua líquida mucho tiempo. Hace un frio del carajo y yo ya no estoy acostumbrado a estas cosas, qué queréis que os diga. Lo mío ya iba siendo más la tumbona en White Beach con mi bañador, mis cholas, y mi mojito. Pero a todo se acostumbra uno, y al menos ya no hace falta ni preguntarse qué tal está el tiempo hoy. Hace frio y punto. Te abrigas y te aguantas hasta que llegue el verano. Tanto es así que en los períodicos han visto absurdo seguir gastando espacio con el mapa del tiempo y lo han sustituido por el mapa de homicidios, que es una afición bastante extendida en la ciudad.
Todo estudiadísimo, oye. Aquí no se cargan a alguien sin que los de estadísticas se enteren de los detalles. ¡Bravo, estadísticos!
A pesar de estos pasatiempos locales, es muy sencillo convivir con los estadounidenses. Dios me libre de decir que algunos filipinos no lo eran… La gente suele ser amable y lo cierto es que se está muy bien con ellos. Pero tampoco nos vayamos a pensar que son perfectos, eh? que hay algunas cosas que aún me dejan de colores. Ni el niño más ingenuo al enterarse de quiénes son los Reyes Magos pone una cara de incredulidad como algunos estadounidenses cuando se les cuenta que España NO ESTÁ EN AMÉRICA LATINA. Por experiencia digo que no termina de quedarles muy clara la cosa al enterarse de que no, España no es lo mismo que Cuba. No, tampoco es lo mismo que Puerto Rico. Ni que México tampoco. Que, efectivamente, lo que pasa es que es un país distinto y que, además, está en otro continente. Así es, compañeros americanos, hay más continentes además de América, increible pero cierto. Y… sí, a pesar de no ser de México podemos hablar español… Más nos vale que estos amigos no aporten nunca su sabiduría a la wikipedia o millones de trabajos escolares suspenderán estrepitosamente. Afortunadamente hay muchos que, aunque sólo sea como fuente de sol y fiesta, conocen España y el mayor problema que hay al tratar con ellos es son sus millas, sus pies, sus libras, sus onzas y sus grados Fahrenheit, aunque ni pienso intentar entender por qué no prefieren los sistemas decimales porque si algo aprendí en Filipinas, es que hay cosas ante las que es mejor asentir, asumirlas y a seguir a otra historia.
¿La tierra media?, ¿Westeros? No, el mundo visto según algunos estadounidenses
Como ciudad, Chicago es muy completa. Hay de todo, como en Nueva York, pero a un ritmo más tranquilo y sin tanta basura por las calles. El centro de la ciudad es muy bonito, con edificios altos, calles amplias y muchas tiendas. El río divide la ciudad en dos y seguro que en verano luce mucho, igual que lo hizo cuando lo tiñeron de verde para la celebración San Patricio.
Un río muy versatil. Al día siguiente es transitable a pie gracias a los cadváveres de peces con número impar de ojos.
Mejor aún que el río estará, en verano, el lago Michigan. Es tan grande que se puede considerar una playa y seguro que tiene mucho ambientillo cuando llegue el buen tiempo y salgamos todos como lagartijas al sol. Mi barrio, Lakeview, además de sonar muy pijo, cosa que me encanta, está cerquita del lago. Ojo que no ha sido ni mucho menos fácil encontrar techo y he estado rotando por casas de amigos cual hijo de padres divorciados en fines de semana alternos. Bien es verdad que he llegado en invierno y aquí no asoman la nariz a la calle hasta que no hace bueno, así que de mudarse ya ni hablamos… Poquita oferta y cara de narices, como todo en esta ciudad y más si vienes de Filipinas. ¡¿¡Dónde quedará el Tanduay por menos de 100 pesitos!?! Por este dineral habría vivido en Dasmariñas el año pasado y en la Moraleja cuando estaba en España, con el consiguiente aumento en la probabilidad de braguetazo y nuevo estatus de mantenido. Además no queda aquí la cosa, no. Las casas vienen con una mano delante y una detrás. Ni un triste mueble así que a darle a la tarjeta de crédito hasta que le salgan agujetas.
En verano lo del lago, eh?...en verano
Afortunadamente ya estoy asentado y, además de frío y muertos un lago y un río, Chicago ofrece bastantes cosas que hacer en el tiempo libre. Es bastante fácil ir al cine gratis de manera casi legal, suele haber bastantes eventos, en verano hay conciertos al aire libre de grupos musicales mayoritariamente alternativos así que iré con mi mp3 de grandes éxitos de OT. Sin embargo aquí hace falta como el comer un buen Cebu Pacific que ayude a culos inquietos como yo a quitarse en mono de avión. Está Southwest, está Spirit….pero no es lo mismo, no me dicen mangyari po lamang ni me preguntan si llevo objetos peligrosos como vinagre, cargadores de móvil, pelotas o paraguas. Eso sí, el toque simpático de dejarte tirado en los aeropuertos una noche entera sí lo comparten con Cebu. Esta vez, ni en Pekín, ni en Tokio sino en Los Angeles, pero de eso ya hablaremos con el viaje por California, que esto no era más que una presentación y ya se está alargando mucho.
Empiezo a ver esta película como autobiográfica